Al meditar con el árbol conectamos con nuestra esencia, con lo más bello y puro que hay en nosotros y desde ahí abrimos el corazón al Universo, preparándonos para recibir la sanación y el conocimiento que podamos recibir en ese momento, de acuerdo al nivel vibratorio de cada de cada uno.
Antes de meditar, preparamos el cuerpo realizando unos estiramientos para que la energía de los meridianos fluya bien y podamos realizar una mejor conexión en la práctica.
Iniciamos la meditación creando una bola de Ki para enviarla a la tierra, luego visualizamos un bosque, en el centro del bosque visualizamos un árbol milenario y entramos en él.
Al meditar en grupo se crea un campo energético más potente y poderoso, esto aporta múltiples beneficios para nuestra vida y nuestra salud.
Acabamos la meditación visualizando a la tierra envuelta en Luz violeta para transmutar la densidad en luz.
El árbol nos sostiene en la tierra y nos proyecta hacia el cielo.
Los árboles contienen toda la sabiduría de la vida.